miércoles, agosto 29, 2012

Los conejos.

i.

─¿A qué has entrado? ¿Ya acabaste de cavar el agujero?
─No, pero ya casi. Tengo hambre, ¿puedo comer antes?
─Sí, pero que sea rápido y luego terminas, que el cuerpo ya se nos está pudriendo; ¿hueles?
─Sí.
─Si nos tardamos más se nos va a terminar de pudrir aquí adentro, y la casa va a oler a muerto hasta quién sabe cuándo.
─Esto está frío.
─Ahorita todo te va a saber frío, pero está bueno. Anda, ya acaba.
─¿Podemos enterrarlo con las piernas dobladas? El agujero ya casi llega hasta el arbusto donde viven los conejos y no es muy grande.
─Cava hasta donde se necesite.
─Pero los conejos...
─Dónde vivirán los conejos no importa tanto como dónde dormirá el muerto. Ya has comido suficiente; anda, ve y acaba.
─Sí, mamá.
ii.
se fue sin aire
sin calor, sin nada
recuerdos en las manos
mi cara en los ojos
...........en las venas
...........en el suspiro
se fue de mañana
(pero seguía aquí noche
tras noche
tras cada tarde
y cada mañana)

pensaba que cada respiro
grisáceo en el aire frío
era su fantasma
iii.
........"Aquí solía haber sauces, los más grandes y los más verdes que han habido, pero ahora ya no queda nada. Quizás vinieron a talarlos cuando la gente necesitaba leña, o se murieron en uno de esos inviernos donde nada queda vivo. Yo no los recuerdo, nunca los vi; todo me lo dijo mi padre. No sé si su padre se lo dijo a él. Pero aquí estuvieron esos sauces, te das cuenta por cómo está movida la tierra. Ya no van a volver a crecer ─dudo que cualquier cosa vuelva a crecer aquí ahora─, pero aquí estuvieron esos sauces."

ME IMPORTAN UN CARAJO LOS SAUCES Y LA GENTE Y LA LEÑA Y LOS INVIERNOS Y TU PADRE Y SU PADRE Y LA TIERRA MOVIDA.
ME IMPORTAN UN CARAJO TUS SAUCES.
iv.
─Mamá, ¿por qué hay tantos conejos que vienen a la casa?
─Vienen de más lejos, de allá del bosque. Tú no lo has visto porque ya casi no hay bosque, pero si no es de ahí no sé de dónde vendrían.
─¿Por qué vienen aquí? ¿No les gusta el bosque?
─Yo creo que no, si vienen aquí nada más para morirse.
v.
Estabas triste
...............o no
Extrañabas el pueblo que te quedaste a ver partir
.................................................. ......................o no
Matabas a los conejos
.............................o no
Se te resbaló el hacha de las manos
.................................................. .o no.

papá
¿por qué al caer las noches
ya no me abrazabas?
vi.
........El niño y la madre arrastraron el cuerpo a través de la tierra suelta y húmeda. Los pies del muerto iban formando un camino que la mujer esparcía después ─quizás sin querer─ con sus propios pies. El hoyo no era muy grande, pero era lo suficientemente profundo para que las lluvias del verano no le asomaran el cielo al muerto. El arbusto de los conejos reposaba con sus raíces al aire mientras el viento las acariciaba. El niño a un extremo y la madre al otro, dejaron caer pesado el cuerpo dentro del agujero; la herida en la cabeza ya pululaba de moscas y pequeños insectos. "Echa toda la tierra que cavaste encima", dijo la madre, "después ven a rezar". Y se fue. El niño contempló el cadáver mientras un conejo salía del arbusto muerto y brincaba a la sepultura. Comenzó a roer la herida ya podrida, y el niño observó. Del arbusto salieron más conejos y todos brincaban al interior del agujero para comerse al muerto. Mordían su piel abierta, sus ojos, sus manos y piernas, sus entrañas. El niño levantó la primera pala de tierra suelta y la dejó caer suave a la tumba, ensuciando a los conejos. Pero no dejaron de comerse al muerto. El niño siguió echando tierra al hoyo hasta que ya no existía sino un parche de tierra húmeda frente a él; ningún conejo salió. El niño dejó la pala y caminó de regreso a la casa, donde rezó mientras roían al muerto.