Este 2008:
Sonreí y me estremecí.
Soñé y me decepcioné.
Sufrí y disfruté.
Amé y fui amado.
Odié y fui odiado.
Salvé y fui salvado.
Estas fechas siempre son las que escoge la nostalgia para venir y hospedarse en el lo más profundo de lo que soy, para hacerme sentir el corazón por la garganta. Porque me doy cuenta de lo relativo que es el tiempo, y de cómo pasa rapida e inadvertidamente frente a nuestros ojos. Y siento ganas de llorar cuando pienso en cada minuto, en cada segundo que desperdicié y que no se repetirá para remendar mis errores y mi desgana.
¿Pero qué es la vida si no arrepentimiento, remoldimientos y mantenerse respirando por medio de recuerdos añorados?
Y aunque viví mil momentos amargos también estuvieron presentes momentos felices que me hicieron apreciar un poco el regalo de la vida. Cada minuto es una oportunidad más para cambiarlo todo, y una vez más se me fue dado un año entero. Tendré mis derrotas y victorias, y sufriré las consecuencias de mis actos y decisiones, así como he hecho año tras año. Y tengo miedo, y no me atrevo a afrotar lo que el cambio me depara, ¿pero desde cuando al tiempo le importa si estamos o no listos? Así pues, no me queda de otra mas que vivir e intentar apreciar el momento que nunca volverá y que sólo en mi mente podré revivir al momento en que la vida, después de parecer un parpadeo, me abandone.
Mis mejores deseos a todos en este año próximo.
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