El problema es esperar mucho de la gente y suponer que los demás comparten los mismos conceptos de las cosas.
A veces se me olvida mostrarme sumamente indiferente ante todo y todos, porque una vez que una persona sabe que la quieres ─y esta persona no te quiere tanto─, ya saliste perdiendo. Pero a veces es muy difícil ocultarlo o no sonreir estúpidamente sin razón alguna. Estas cosas pasan, y no es la primera vez que me toca; si planeo vivir más años, debo afrontar que tampoco será la última. Lo malo (visto desde mis ojos) y lo gracioso (visto desde otros) es que uno pensaría que algo se aprende de cada desilusión. Pero la verdad es que la experiencia y el aprendizaje vienen valiendo madre cuando se trata de ilusiones, porque cada una llega con la misma intensidad que la anterior, siempre con la promesa de que acabamos de encontrar lo que no sabíamos que estabamos buscando.
En fin, hay más de seis mil millones de personas esperando ser conocidas, y seguro en alguien encuentro lo que esperaba ver en ti. Después de todo, la vida se trata de construir memorias, y tú ya eres una.
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