Debo confesarte que a veces siento que mi vida esta vacía, que planear el futuro me está impidiendo vivir el presente, por más prometedor que mi mañana se vea. Siento que cada día que pasa es un día desperdiciado, que no hice aquello que lo haría único, que no lo viví. No me gusta escuchar música todo el día, no solo. Y quisiera que estuvieses aquí, para por lo menos no aburrirme solo. Y aunque todo lo he hecho a la perfección y como las leyes dictan, ha habido momentos en los que quisiera volverme adicto a alguna droga o despertar en una casa desconocida a las dos de la tarde y con resaca. No sé si algún día volverás o siquiera si tú me extrañas como yo a ti, o tan siquiera los momentos que pasamos. Seguiré mi camino, es lo lógico. Aunque espero no despertar un día teniendo cincuenta y tres años y darme cuenta que te esperé demasiado tiempo, o que no te busqué lo suficiente.
P.D. Mi más sentido pésame por la muerte de tu hermana. De alguna manera, después de todo este tiempo, aún me duelen sus cicatrices.
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