No sé si todo sea en vano, si mi lucha no tiene razón, si mi esfuerzo está siendo desperdiciado.
¿Qué tan malo es soñar un imposible? Intento mantener mis esperanzas vivas, mi ilusión intacta; sé que no ayudará en nada. En el fondo sé que me estoy engañando, sé que la realidad sigue siendo la tirana de mi vida, sé que el anhelar algo no lo hace cumplirse, sé que querer no es poder.
Y aún me empeño en ser un masoquista, en pensar que sí puedo y decepcionarme ante cada golpe que recibo. Porque aún cuando mis esperanzas fueron astutamente asesinadas, mi deseo sigue vivo, más fuerte cada día.
¡Oh, qué mala jugada: matar la ilusión y alimentar el querer!
2 comentarios:
¡Hoy día estaba pensando lo mismo! Dicen que si deseas algo con real intensidad ese algo se cumple pero en la práctica es difícil comprobarlo, hoy en serio deseé algo esperando que el mundo conspirará para realizarlo pero no pasó, me sentí casi estafada pero las esperanzas no se pierden. Creo que somos incapaces de dejar de creer (lo cual es bueno y malo pero imposible de frenar).
Saludos (: me gusta la plantilla de tu blog
Tú lo has dicho... mi deseo sigue vivo, más fuerte cada día. Ese lema lo resume todo, lo resume y le da todo su sentido...
Síguelo...
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