Vivimos en una isla
isla negra
plagada de caníbales
sedientos por nuestros sesos,
que encontraron nuestro refugio
y se comieron nuestros pensamientos.
Donde la mente se libera.
Publicado por céssar sinclair en 18:19
Etiquetas: Poesía., Relatos y ficción.
1 comentarios:
Pero esa isla tiene escondites,y aún hay unos pocos que sobreviven en ellos.
:)
Publicar un comentario