lunes, noviembre 17, 2008

In Pace Requiescat (Mi vida según mi madre) - 13/Sep/08

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─Mamá, ¿me voy a morir?
Me miró. Así era ella.
─Oh, mi vida... ─dijo.
Así era ella.
─Claro que sí.

~~~
─¿La mataste?
─Me gusta pensar que la liberé.
~~~
Mi madre nunca me dejaba comer por gusto. Aquello era vivir una vida llena de pecados y vergüenza. Si comía sin tener hambre significaría un desperdicio.
“─Ya lo verás ─decía ella─, que nunca habrá mayor satisfacción que la que alguien tiene cuando come con el estomago vacío.”
Y tenía razón. Los momentos en los que era otorgado comer eran mi paraíso. Ella me enseñó a apreciar los alimentos como sólo los más miserables pueden hacerlo.
~~~
─Todos morimos algún día, porque ésa es nuestra función.
Éramos muchos, todos en silencio y los ojos sobre ella. ¿En qué creíamos antes de saber que somos polvo? Sentí entonces cómo había comenzado a irme grano por grano, cómo cada persona en mi vida no era sino la casi completa consumación de algo que se había esfumado. Pero no mi madre; ella permanecía ahí, a pesar de todo. Ella era la única aferrándose tan fuerte a las migajas de lo que había sido.
─Pero, maestra, ¿no podemos vivir por mucho tiempo?
─No, sólo por muy poquito tiempo, como un parpadeo.
Siempre tan fría, tan desconsiderada.
─¿Cuanto vamos a vivir?
─Oh, eso yo no lo sé ─sonreía─, pero puede que muchos de ustedes mueran mañana, o esta tarde.
Tan cruel.
─Primero se van a hacer viejos, como yo ─me miró.
Tan seca.
─Luego les va a doler todo, como a mí.
Tan pútrida.
─Luego van a odiar todo, y se arrepentirán de vivir, como yo.
Tan detestable.
─Y se van a morir.
~~~
─¿Por eso la mataste?
─Sí.
─¿Por qué no tu maestra?
─Ella no era tan infeliz. No como mi madre.
~~~
Nunca tuve un padre, y mi madre jamás me dejaría tener uno.
“─Todos los hombres son basura ─me decía ─, todos y cada uno de ellos. Tú también eres basura.”
Y con el tiempo lo creí. Yo no era más que un estorbo para ella, debería estar muerto. Pero ella era buena, y me cuidaba. Eso creí.
“─Y toda la basura que ensucia a este mundo ─me miró ─debería estar muerta.”
~~~
─No, no, no, no, no, no…
Una de mis lágrimas cayó sobre la sangre. Me esforzaba por no gritar, y mi garganta se partía en dos por el esfuerzo. Sentía las miles de lágrimas resbalar desde mi rostro hasta su corazón.
Estaba muerta.
Solté el cuchillo, pero no lo pude sacar de su pecho. Caí, derrumbado. No me atreví a mirarla. Sus ojos aún se posaban sobre mí. Aun muerta, me miró.
~~~
─Ya he oido suficiente. Puedes dejar de llorar.
─Ella tan buena...
─Pero la liberaste, le impediste que siguiera viviendo en este mundo tan corrompido y sucio.
─Tan sabia...
─Bueno, ya tienes que irte, se te hace tarde. Pronto alguien la verá, y pensará que le quitaste una vida que ella quería vivir. No lo entenderán.
Miré al espejo, y eso me miró.
─Anda, vete ya ─me dijo.
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─Mamá ─dije llorando ─, y cuando me muera, ¿vas a estar conmigo?
Y esa fue la respuesta que lo dijo todo, y al mismo tiempo no dijo nada.
─Mi amor ─apagó el cigarrillo y se limpió el excesivo maquillaje de las mejillas.
Me miró. Así era ella.
─Tú ya estás solo. Yo ya estoy muerta.

3 comentarios:

Richard Hill dijo...

Esa foto le queda perfecto al escrito.

Mismo que ya sabes, me gusto mucho, senior respetable.

Victoria dijo...

ese escrito tuyo en particular me encanta, lo leería mil veces.

dnys28 dijo...

Estaba en facebook cuando descubri tu blog y esta publicacion, me atrapo! haha, fue increible que la maestra fuera tan cruel pero a la vez tan sincera en su explicacion de que la vida es un parpadeo. En fin, creo que no debo indagar mas en esta historia.